Cada vez que vas en contra de lo que necesitas como persona, de lo que sientes y piensas, no te estás permitiendo ser tú misma.
Muchas de nosotras olvidamos que cuidarnos es esencial para nuestra salud mental y física. Nos han hecho creer que priorizarnos es egoista, y que debemos poner las necesidades de los demás por delante de las nuestras. Incluso llegamos a negar nuestras necesidades ignorándolas y convenciéndonos de que estamos bien y de que no es necesario cambiar nada de nuestro comportamiento.
¡Eso es falso!
Hay muchos aspectos de tu persona que requieren de tu atención, porque las personas somos seres con múltiples facetas. Lo que realmente te define como persona es cómo vives tu vida, cómo transitas por ella. Cada una de nosotras tenemos unas características personales de carácter y temperamento, cada una nos enfrentamos a sucesos, a cambios, a evoluciones, a aprendizajes. Lo que tú haces con tu vida es lo que te define. ¿Cómo te enfrentas a los sucesos de cada día, a los problemas, a las pérdidas, a los retos, a los cambios, a las exigencias externas, a tus necesidades? Todo ello eres tú, y todavía hay muchas más cosas… No importa si eres generosa o tacaña, valiente o miedosa, reflexiva o impulsiva…
Tú, como todo ser humano, posees el mismo valor que los demás, no eres ni más ni menos que nadie.
Por desgracia en nuestra sociedad se valora a la gente por lo que tiene y no por lo que es, pero es una falsa valoración. Lástima que tanta gente
funcione con ese criterio, que no hace más que generar problemas de autoestima.
También te valoran por tus roles en la vida, eres hija, madre, pareja, abuela, … pero evidentemente, eso son solo partes de tu yo. Tienes tus propias ilusiones, tus propios sueños, retos, deseos… que esos roles no te impidan ir a por ellos.
Ahora me gustaría hablarte de un factor que nos lleva a muchas a boicotearnos a nosotras mismas. ¿Quieres saber cuál es?
Se trata del miedo.
Pero no se trata de un miedo cualquiera, es el miedo a no ser aceptadas y queridas tal como somos. ¿Cuántas veces aceptamos situaciones que no nos apetecen, callamos cuando nos morimos por hablar, dejamos que nos organicen la vida de un modo que odiamos? Si nos detenemos a pensar, a menudo no manifestamos nuestras preferencias, nuestros deseos, no nos oponemos a imposiciones que nos molestan…
Tenemos miedo de que nos juzguen mal, de que nos dejen de lado, de que no nos acepten. Eso nos lleva a contenernos, a no mostarnos como realmente somos.
¿Sabéis de dónde viene ese miedo?
De los juicios a los que hemos sido sometidas desde niñas; hemos oído comentarios sobre nosotras sobre cómo somos y cómo deberíamos ser. De lo que se espera de nosotras y no cumplimos. Todo ello nos lleva a creer que debemos parecernos a lo que esperan de nosotras, y que si no lo hacemos, nos apartarán.
Esta creencia suele ser especialmente destructiva en el ámbito de las relaciones de pareja, porque cualquier comportamiento de nuestr@ chic@ que nos hace sentir negativamente juzgadas nos genera una inseguridad y un dolor emocional insoportables porque pensamos que nos abandonarán.
¿Cuál es la solución? Si nuestra relación de pareja es sana, trabajando en nuestra autoestima notaremos una gran mejora.